Por Juan Carlos Costa Pérez, Ingeniero de Montes
«Durante los últimos años hemos idealizado la forma en que la naturaleza se debe sentir cómoda en unos paisajes o en unos hábitat más que en otros. Y así, creemos que la presencia de lobos en las estepas cerealistas de Valladolid es una aberración porque lo normal es que estén en las zonas más agrestes o montanas, o que muchas especies huyan de los bosques en los que se realizan explotaciones forestales madereras, aún a pesar de vivir en armonía con las mismas e incluso prosperar en ellos durante años. O que las aves huyan de las especies exóticas para nidificar y prefieran bosques autóctonos, algo que no es así en Doñana donde las águilas imperiales eligen año tras año los altos eucaliptos para poner sus nidos, e incluso los postes de alta tensión, como así ha sucedido recientemente en el Parque Natural de Cardeña- Montoro.»
«si gracias a mi gestión en mi finca forestal o agrícola mantengo elevadas tasas de biodiversidad los grupos de presión ambiental clamarán para que pase al sector público, ergo cuidado…»