Mucho se ha hablado de pactos entre los partidos políticos en Cantabria desde hace un mes, pero ¿se ha hablado de Política Forestal?. Me contaba un compañero que a sus hijos les decía que tuvieran en cuenta que «ellos pasaban de la política, pero la política no pasaba de ellos». Qué gran verdad.
España es el segundo país de la UE-27, tras Suecia, con mayor superficie forestal, donde trabajan unas 184.000 personas en 34.000 empresas que contribuyen el 0,9% al PIB – en el caso de Suecia llega al 3,2% -. En Cantabria supone el 1% y cuenta con 415 empresas principalmente en el medio rural. Pero lo paradójico es que… ¡Cantabria tiene 4-8 veces mayor productividad forestal que Suecia!. ¿A que no se lo han escuchado a ningún partido? Estas cifras solo consideran las empresas de la madera, no teniendo en cuenta a otras que desarrollan su labor en el medio natural, por lo que es una infravaloración. Nos gustaría llamar su atención sobre algunos tópicos que deben atenderse en la política forestal de Cantabria.
- ¿Interesa la política forestal en Cantabria y en España?. No está en las agendas políticas. No es culpa del gobierno actual ni de sus antecesores, y hay que reconocer el esfuerzo de muchos. Los profesionales echamos en falta que los partidos integren la política forestal en su agenda. Los programas electorales que hemos analizado son desalentadores. La mayor parte proponen una batería de medidas sin un análisis previo o basadas en prejuicios sin una base científico-técnica, sin abarcar la totalidad del sector.
- La política forestal ¿debe formar parte de la política agraria o de la medioambiental?. La política forestal española históricamente ha tenido como objeto principal su aprovechamiento sostenible y así ha sido también en Cantabria desde el año 1853, inicio del Distrito Forestal de Santander. No es mejor que se haga desde una u otra, sino que se haga con criterio y se valore al sector. No puede ser que el futuro Programa de Desarrollo Rural de Cantabria 2014-2020 solo aporte el 10% del presupuesto a lo forestal cuando los montes suponen el 70 % del territorio. Otros, ajenos al sector, proponen la siguiente separación: los montes, para la rama agraria; la conservación de la naturaleza, para la ambiental. Magno error. Si han permanecido unidas desde hace 160 años es porque son inherentes. Lo que hay que tener claro es que la política forestal debe ser coordinada, transparente, eficaz y bajo un prisma técnico e integrador.
- Los políticos forestales deben tener formación técnica. Para los profesionales es más cómodo tratar con un técnico que con un político, pero también reconocemos que lo ideal es que al perfil técnico se le sume un peso político. Los titulares de las direcciones generales deben ser políticos con un marcado perfil técnico; y los consejeros, estadistas con un profundo conocimiento del sector.
- La política forestal no debe circunscribirse exclusivamente al Gobierno Regional. La política forestal tiene su mayor repercusión en el ámbito local porque son quienes están más cerca de los recursos naturales. Pero las administraciones locales no suelen contar con infraestructura suficiente para hacer una gestión forestal eficaz, lo que debe llevar a los gobernantes a proveer de recursos, humanos y materiales, a los departamentos técnicos para evitar la inacción sobre el territorio.
- Los montes son importantes. Los montes repercuten directamente sobre la sociedad. Al necesitar ésta, para su desarrollo y bienestar, el aporte de materias primas y de servicios ambientales, se constituye el monte en una infraestructura básica de los países, que debe ser amparada y fomentada por una adecuada política forestal. Por comentar algunos ejemplos: luchan contra el cambio climático, contribuyen al ciclo hidrológico, muchos son espacios naturales protegidos, son yacimiento de empleo, mejoran la calidad de vida de las poblaciones rurales, fijando población y aumentando sus rentas.
- Los productos forestales son fuertemente demandados por la sociedad. Algunos productos forestales que nos rodean son muebles, puertas, vigas, aditivos alimenticios, barnices, pinturas, látex, leña, briquetas, pallets, hongos, ganado, caza, pesca, papel, pólvora blanca, fibra textil, … todos salen de la gestión de los bosques. ¡Es economía verde!. Los montes cántabros satisfacen el 128% de la demanda de materia prima de las industrias, por lo que es necesario mejorar su gestión, buscar un mejor equilibrio entre la oferta de productos y la demanda de las industrias y mayor capacidad de transformación en la región. Si no se corrige, Cantabria perderá oportunidades y el valor añadido de estos productos.
- ¿Es lo forestal incompatible con el ganado?. Ningún forestal de Cantabria y de España tendría ninguna duda en la respuesta,NO. Los forestales estamos formados para gestionar montes y sus recursos, entre otros los pastos de montaña, siendo el reto hacer compatible el aprovechamiento con la conservación de los montes y su regeneración; y todo ello con arreglo a los principios de ordenación lógica entre ambas partes.
- La intensidad de corta de madera en Cantabria es baja. La intensidad de corta – cantidad del crecimiento anual que se corta cada año – en esta comunidad es del 42%, la sueca del 85%. La falta de cultura forestal ha acostumbrado a ver la selvicultura como algo negativo, cuando es una herramienta imprescindible en la conservación y gestión de los bosques de montaña, lo cual hace evidente la necesidad de programación y presupuesto.
- La política forestal no debe centrarse tan solo en algunos aspectos como los incendios o la gestión de espacios naturales.La política forestal tiene que ser planteada con una visión global del territorio. La formulación de políticas forestales, que a causa del principio de persistencia y largos turnos de aprovechamiento, deben ser constantes y dilatadas en el tiempo, es una tarea que debe ser asumida por el conjunto de la sociedad, de forma que se equilibren adecuadamente las tensiones provocadas por las sensibilidades de los distintos grupos sociales, lo cual no debe llevarnos a la pasividad.
- ¿Los incendios forestales se producen porque los montes están «sucios»?. No es cierto y Cantabria tiene un grandísimo problema en esta materia. Los matorrales forman parte de la evolución de los ecosistemas y el monte no es un jardín urbano, ni un prado de siega. La matorralización no es un problema y, en aquellos casos en los que se pierda superficie pastable, habrá hacer compatible el uso ganadero con el forestal. El año 2014 ardieron en Cantabria casi 10.000 ha, ¡la cuarta parte de la superficie incendiada en España!, el 95% de origen humano, el 85% en monte público y nos costó apagarlos 10 millones de €. La sociedad tiene como desafío la erradicación de los incendios en Cantabria como principal medida de conservación de los bosques. No es tan difícil, en el País Vasco no hay apenas incendios.
Esperamos que, tanto los partidos políticos que salen como a los que llegan, este breve decálogo les oriente para emprender una política forestal más eficaz. Los profesionales del sector sabemos del esfuerzo de los gobernantes y estamos deseando poder decir que nuestros políticos de mayor nivel están a la altura de la riqueza forestal de Cantabria, porque más y mejores bosques nos harán más libres.
Carta al Director publicada por el Diario Montañés el 20 de julio de 2015, firmada conjuntamente por:
Javier Espinosa Rubio de la Torre
Ingeniero de Montes
José Sainz
Presidente de la Asociación Cántabra Empresarios de la Madera y el Mueble
Carlos Tejedor Mardomingo
Presidente de la Asociación Forestal de Cantabria
Oscar González Álvarez
Decano del Colegio de Ingenieros de Montes en Cantabria
Carlos Aguirre Ruiz
Decano del Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales de Cantabria